Es la eterna pregunta. Muchas personas se plantean cómo transmitir la casa familiar u otro inmueble antes de fallecer y la donación suele ser una opción a considerar. Sin embargo, las cifras recopiladas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que las viviendas heredadas ganan por goleada a las donadas. Uno de los factores que influye en esta decisión es el coste fiscal, que es diferente en cada comunidad autónoma.
En el pasado mes de marzo se transmitieron 63.537 casas, de las que un 21,2% fueron en herencia y sólo un 2,2% en donación. Y si vemos el peso que estas dos nativas han tenido sobre el total de viviendas traspasadas en el mes de marzo de los últimos seis años vemos que es muy similar: las casas heredadas representaron entre el 17% y el 21% del total y las donadas, entre el 2% y 3% del total.
¿Por qué hay más viviendas dejadas en herencia que transmitidas en vida? Hay varios factores que responden a esta pregunta. Elena Serrano, abogada especializada en fiscalidad y fundadora del despacho Eslawyer, asegura que ve muchos casos en que se prefiere dejar la vivienda en herencia por un tema sentimental. “Normalmente la gente quiere vivir en su casa hasta que fallece”, añade.
José María Mollinedo, secretario general del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha), asegura que lo más común en nuestro país es que los ciudadanos posean una vivienda y una cuenta bancaria, por lo que es difícil que donen su casa en vida a un hijo “a no ser que tenga una segunda residencia. Además, se entraría en conflicto si tiene más de un hijo a la hora de hacer la donación entre las distintas partes”.
Por eso, recuerda que lo más común es que los padres cedan sus pertenencias a sus hijos por medio de la herencia, no por una donación. “Nuestra cultura es más proclive
a la herencia porque normalmente se tiene un bien único, no tanto por el mayor peso de la tributación de las donaciones”, señala.
La tributación es otro punto importante a tener en cuenta. En algunas comunidades autónomas (con competencia sobre el Impuesto de Sucesiones y Donaciones) las donaciones suelen ser más gravosas a efectos de su tributación que las herencias. Éstas cuentan con bonificaciones, reducciones y deducciones autonómicas. En cambio, en las donaciones sólo existen algunas de estas ventajas fiscales.
El beneficiario de la donación deberá pagar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones (ISD), al igual que en el caso de las herencias pero con unas condiciones más duras, ya que en el cálculo de la base liquidable no se aplican las reducciones previstas por edad y parentesco.
Sin embargo, hay abogados que recuerdan que aunque actualmente hay regiones donde los impuestos a pagar por una vivienda heredada o donada son los mismos, la regulación puede cambiar si el día de mañana otro Gobierno decide eliminar las ventajas fiscales. Así, señalan que puede ser interesante realizar una donación de la vivienda a los hijos acogiéndose a la bonificación actual.